¿ Quien le da importancia a este mandamiento ? – porque es un mandamiento y muy contundente.
Empezando por el amor al prójimo, si no amamos a nuestro prójimo, tampoco recibiremos amor.
Si no somos solidarios, tampoco recibiremos solidaridad.
Si no somos misericordiosos, nadie será misericordiosos con nosotros.
¿ Como podemos ser solidarios con los necesitados ?
Tomemos tan solo un pequeño pueblo de unos 20.000 habitantes o los 6.000 millones de habitantes que tiene el
mundo en la actualidad.
Pregunto: ¿que mérito tiene un niño nacido de padres ricos ?
¿ Que culpa tiene un niño de haber nacido de padres indigentes ?
No podemos elegir a nuestros padres, tampoco podemos elegir en que nación vamos a nacer-.
Hay naciones muy pobres y hay naciones muy ricas.
Hay naciones donde la educación es más accesible y hay otras donde la educación es más difícil.
En ambos casos depende de la buena o mala administración de sus gobernantes y también de sus habitantes.
Que mala suerte nacer en el África, de padres negros y nacer negrito, ya que por su color los esclavizan, que mala suerte de nacer de padres muy pobres.
En la colonización del continente americano, los colonizadores exterminaron a los pueblos originarios para apoderarse de sus tierras, lo mismo pasó en otros continentes, donde los más fuertes en todo sentido, esclavizan a los más débiles.
Débiles por falta de educación por falta de solidaridad, falta de misericordia, en definitiva, falta de amor al prójimo y a Dios – o falta de amor a Dios y al prójimo
NO HAGAS A LOS DEMÁS LO QUE NO QUIERES QUE TE HAGAN A TI.
¿ Que hará Dios con los responsables de estas calamidades ?
Algunos que habitan el continente americano dirán, ¿que culpa tenemos los americanos de que los africanos vivan como viven ?
Yo les diría, Ustedes no hicieron nada por ellos, no les ayudaron en nada, en educación, en solidaridad, en misericordia, en tener una vida aunque sea menos miserable.
Lo mismo los europeos, igual que los americanos.
En un pueblo o pequeña ciudad de 20.000 habitantes, pasa lo mismo, no aplican la solidaridad, la misericordia, la
educación sino que aplican la indiferencia que juzga y condena.
Dios entonces, les aplicará la misma «medicina» que ellos aplicaron, no habrá para ellos solidaridad ni misericordia, ni amor ni sabrán nada del Reino de los Cielos.
Lo perderán todo y sufrirá las mismas calamidades que provocaron, o de las que fueron indiferentes.
El que fue misericordioso recibirá misericordia.
El que provocó sufrimientos, recibirá sufrimientos.
«Está escrito en la parábola del hombre rico y Lázaro el pobre»
Cuando Jesús murió crucificado, todos los seres humanos fuimos juzgados, y el juez es nuestra actitud, porque recibimos todo lo necesario para que seamos solidario, para amar a Dios, y al prójimo, tenemos la fe en Dios, y por medio de la fe. todo el poder y el amor de Dios.
Nuestras actitudes son las que nos van a juzgar como lo fue Epulón el rico y Lázaro el pobre»